Jorge Martín, actual líder del mundial de MotoGP y una de las perlas del universo Ducati, ha decidido cambiar de aires tras el último traspaso desde la fábrica de Bolonia en las negociaciones para incorporarse al equipo oficial y ha firmado con la querida Aprilia en la época 2025. “Bienvenido a la familia Aprilia, Jorge”, anunció, sorprendentemente, la marca Noale, este lunes por la noche. Las atrevidas conversaciones que se produjeron en las últimas horas en Mugello, durante el recorrido del GP de Italia, se desarrollaron en la rotonda de vinilo entre el piloto madrileño de Pramac y la fábrica que marca el ritmo en la categoría, donde firmó seis victorias y un subcampeonato a partir de ahora en 2021.
La marcha de Martín abre las puertas de la escudería oficial Ducati a Marc Márquez, que aún no ha firmado su contrato, pero mantiene muy avanzadas las negociaciones con la estructura que lidera el actual campeón del mundo Pecco Bagnaia. El catalán, que todavía hoy busca su primera victoria en más de dos años y medio en la pista, está a punto de apuntar a la ruta más importante del curso en despachos para encantar al asinto con más códigos que al seguro, el que Acumula dos títulos de pilotos y cuatro de constructores desde 2020 gracias a un impresionante dominio técnico.
Una vez recuperada la sonrisa y el apetito sobre la moto, demostrada velocidad con la máquina que fue campeona del mundo en 2023, Márquez supo moverse mejor que nunca en el juego de los sillines desatados en la paddock Estos últimos días. Gracias a un año inesperado e impecable en la casa de su próximo empleador, el ocho veces campeón cambió la decisión en la firma Ducati, que Domingo tarde en Montmeló, en el anterior gran premio, ya había comunicado al entorno de Martín su elección para vestida de rojo.
El año pasado, durante la previa del GP de Italia en Mugello, el madrileño imaginó el vestido rojo y sin dudas de su satisfacción, mordiéndose la lengua al escuchar la llamada del propio Gigi Dall’Igna, máximo responsable del Ducati Corse, adhiriéndose a su decisión. Cuando Márquez lo leyó La Gazzetta dello Sport el adelant de las noticias de los jóvenes, el enfrentamiento en la rueda de la prensa oficial con las ganancias de salvar la mesa y forzar la mano de los dirigentes italianos. Llegados a Bagnaia y Martín, se dirigió sin duda a dirigirse a la principal estructura de clientes de la fábrica, el Pramac, alejándose del madrileño, actual líder de la empresa, y también a los cabecillas de la fábrica. De repente, la sonrisa del chico se imaginó por momentos vestido de rojo, desvaneciéndose ante la comprensión del equipo que acabó rompiendo su vínculo con Borgo Panigale.
“El Pramac no es una opción para mí, soy un hombre con las ideas claras”, contestó, sin querer entrar en más detalles pese a la insistencia de los periódicos desplazados al trazado. En su cabeza, quizás, aún resonaban las palabras de Fonsi Nieto, actual director de prestaciones del equipo cliente de Ducati, sobre aquel sonido del accidente de Valentino Rossi en 2015. Gino Borsoi, director deportivo del equipo satélite, también se mostró indignado por la actividad de Márquez en aquella ocasión.
Desde la noche hasta la mañana estuvo en la calle el plan A de Ducati, que quería situar a Márquez en Pramac con una moto oficial. El miedo a perder ante los demás campeones del mundo volvió a los gerifaltes, que posteriormente retiraron la oferta a Martín a pesar de la notable derrota ante el actual líder del Mundial. El sábado, con la invitación de Claudio Domenicali, director general de la empresa, al circuito, Márquez reiteró su preferencia por vestir de rojo. Martín, dolido, lanzó así la última y se ocupó de otra fábrica inmediata, como finalmente hizo, entregando la Aprilia oficial que deja libre a su gran amigo y vecino Aleix Espargaró.
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